lunes, 19 de diciembre de 2011

¿El fin de esta historia? Utopia reloaded.

En relación con la anterior entrada (y ampliando el espectro considerablemente), respecto a la posibilidad de un desarrollo sostenible como futuro:
1. Como final ideal, en un bucle sin salida, una especie del Angelus Novus de W. Benjamin metido en una cinta de Moebius.
2. Como germen del fin de "esta" historia (y no de la historia hablando en lenguaje de la calle...) y comienzo de "otra" historia.
3. Otras posibilidades...
Hemos encontrado este texto de Peio Aguirre:
No vivimos en tiempos en los que la utopía esté demasiado valorada aunque ocasionalmente haga su aparición en la forma de una promesa de cómo podrían haber sido las cosas si esto o aquello no hubiera sucedido, etc. Cuando se la apela, es casi siempre en ficciones más o menos elaboradas que formatean una sociedad perfecta o idealizada. La utopía es, según estas definiciones corrientes, lo contrario a la realidad cotidiana o mejor, lo que no es real pero podría llegar a serlo. Todos reconoceremos que en el ámbito social y político vasco la utopía ha jugado y sigue jugando un rol preponderante; ahí donde la utopía puede entenderse como positiva y negativa al mismo tiempo y de un solo golpe. La utopía, sin embargo, pivota tanto sobre el futuro como sobre cómo resolver la mayoría de los conflictos alrededor de la convivencia colectiva. La utopía gira sobre el cómo vivir juntos, la colectividad, la comunidad. La utopía tiene que ver con el destino colectivo de distintos grupos identitarios que se piensan conviviendo juntos: la imaginación utópica no es en este sentido la realización de esta o aquella idea política, sino más bien el mantenimiento de la esperanza, de la capacidad de que esta o aquella realización pueda ser imaginada. Jameson señala que ya no nos sirve la imaginación del futuro (sea éste utópico o distópico) sino que la crisis actual señala una dificultad para la capacidad imaginativa misma. El cierre del sistema derechista siempre carga contra la utopía como idealista, irrealizable y demás, y haciéndolo no se carga la utopía sino la capacidad de imaginar siquiera alternativas al orden actual. Los distintos nacionalismos (en el caso vasco es primordial) centran su conflicto interno sobre esta fuerza centrífuga de la satisfacción del deseo colectivo. Pero una de las cosas que Jameson apunta es que el cumplimiento del deseo es imaginario, es decir, el deseo no se realiza, y para demostrarlo nada como recurrir a los cuentos de hadas y su lógica del wish-fulfillment. “Hoy la idea es que una utopía propiamente no tiene que representar una sociedad perfecta sino que presenta el acto de imaginar una sociedad perfecta (…) representa el deseo utópico en lugar del cumplimiento de la utopía. Y esto ocurre en un tipo de sociedad en el que nos podemos encontrar con distintos grupos en busca de distintos tipos de utopía”. Estas palabras resuenan con más fuerza más que nunca en nuestra actual coyuntura política.

Pero además, la utopía contiene sus propios géneros y herramientas; es consustancial a la futurología no solo predecir el mañana sino dotarse de los mecanismos para modelarla. A las sociedades basadas en la planificación se oponen esas otras organizadas alrededor de la especulación. Las primeras se asocian con el socialismo mientras que las segundas obviamente esconden el modo capitalista de organización. Plan y escenario. La elaboración de escenarios (scenarios) algo habitual en economía y en política, y es la técnica principal de lo que se ha venido llamando como Estrategia Prospectivista. Consiste en una reflexión previa que, al tiempo que se anticipa a la acción, también la prepara. Un escenario es un conjunto formado por la descripción de una situación futura y del camino de los acontecimientos que permiten pasar de la situación de origen a la situación futura. La idea de que debido a que alguna gente imaginó alguna vez un futuro, ahora tenemos este presente. A partir de este momento, el futuro no se explica únicamente por el pasado y las imágenes que tengamos del futuro necesitarán un guión que nos conduzca desde el presente hasta el futuro. Pero en contra con la creencia habitual, fruto de la propagando, no es marxismo sino el capitalismo el que comercia con futuros y, paradójicamente extiende la falsa percepción de un “presente continuo”. “Podríamos considerar que la función política de la utopía consiste en interrumpir y/o romper nuestras ideas heredadas respecto al futuro: romper ese futuro prefabricado.” (Jameson) La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué ocurre en el instante en el que se da una crisis en la imaginación? La necesidad de un género como la ciencia ficción viene a socorrernos entonces. La distinción entre ciencia ficción y utopía, y entre estas y el pensamiento de scenarios debe realizarse, si bien muchas veces la cultura de masas proporciona artefactos semióticos de una complejidad alegórica donde las tres se entremezclan. ¿Cuál es la misión en todo esto de esa fábrica de los sueños llamada Hollywood? Controlar el futuro es una prioridad de gobiernos y emporios corporativos multinacionales. En un libro muy recomendable de reciente aparición Eagleton refuta una por una 10 objeciones que se plantean más habitualmente contra la obra de Marx. A propósito de la utopía escribe: “Son muchos los futuros diferentes que están implícitos en el presente, y algunos de ellos resultan mucho menos atractivos que otros. Ver el futuro de este modo es, entre otras cosas, una salvaguardia frente a las falsas imágenes del mismo. Significa un rechazo, por ejemplo, a la visión ‘evolucionista’ complaciente que entiende el futuro como más del presente, es decir, como una especie de presente ampliado. Así es, en general, cómo a nuestros gobernantes les gusta ver nuestro porvenir: mejor que lo actual, sí, aunque cómodamente instalado en una especie de continuo con él. Las sorpresas desagradables se reducirán al máximo. No habrá traumas y cataclismos; solamente un mejoramiento constante con respecto a lo que ya tenemos. Esta visión era conocida hasta hace poco como la del ‘fin de la historia’, justo antes de que los islamistas radicales tuvieran el feo detalle de reanudar la historia de nuevo”. Los intentos desesperados por buscar denominación a nuestro presente, en su vano intento de enterrar el posmodernismo, es el síntoma inequívoco de que nuestro perpetuo, continuo presente, está sólidamente instalado en nuestras conciencias.

jueves, 15 de diciembre de 2011

El desarrollo sostenible: El metabolismo socioeconómico y la colonización de la naturaleza.

Aún siendo conscientes de lo ambiguo del término "desarrollo sostenible" y de su uso indiscriminado y a conveniencia, sin embrago consideramos muy interesante este fragmento de un texto de Marina Fischer-Kowalski y Helmut Haberl.
Este escrito ( anterior a la actual crisis) nos puede dar una pista de en que dirección podemos trabajar para habitar mejor nuestros paisajes cercanos y cotidianos (con los que nos es posible establecer un vínculo), y aquellos que nos quedan un poco más allá, a varias horas en avión, que no vemos y no nos importan en absoluto ...Extraido de:

http://www.comminit.com/


¿Cómo pueden las sociedades industriales percibir sus problemas de sostenibilidad y responder a ellos?

En las secciones anteriores, hemos intentado demostrar que los problemas actuales del cambio del medio ambiente global son una consecuencia de la cantidad y calidad del metabolismo de las sociedades industriales, y de la cantidad y calidad de las intervenciones de colonización de los sistemas naturales para garantizar los recursos necesarios. La principal conclusión que nace de este argumento es que una política para un desarrollo sostenible de las sociedades industriales debería centrarse en estrategias para disminuir el flujo material y energético. Esto implicaría una concentración de los esfuerzos en un nivel estratégico en lugar de los enfoques sectoriales tradicionales de las políticas para el medio ambiente. Creemos que esto es un requisito necesario para enfrentarse a los mecanismos que subyacen a los problemas globales del medio ambiente. Estos esfuerzos estratégicos para un desarrollo sostenible requieren cambios sustanciales de las estructuras y de la dinámica existentes. Sólo se pueden implementar si existe un amplio consenso sobre su necesidad y su conveniencia. Por lo tanto, la cuestión clave es cómo la sociedad industrial percibe sus problemas de sostenibilidad.
Aunque muchas personas estén convencidas de que el cambio climático constituye un auténtico problema, que la destrucción de la capa de ozono es real y que estamos destruyendo la biodiversidad, los cambios fundamentales de las políticas actuales siguen siendo un ejercicio intelectual en evidente contradicción con la mayoría de las experiencias cotidianas de la sociedad industrial.Las sociedades de cazadores recolectores podían percibir que cazaban o recolectaban demasiado, o que lo hacían con demasiada eficacia. Si éste era el caso, tenían que realizar excursiones cada vez más largas para encontrar los alimentos adecuados. Podían entender que había demasiadas bocas que alimentar para un determinado entorno y culturalmente moderar su reproducción. Lo mismo sucedía con la sociedad agrícola. Ésta era capaz de aprender de las consecuencias cuando explotaba demasiado los suelos o tenía demasiados animales que alimentar y, según esto, modificaba su equilibrio. En cuanto a la reproducción, no obstante, existía una doble relación: el trabajo infantil mejoraba sus condiciones de vida, y tener hijos aumentaba las tasas de supervivencia en una edad posterior. Por otro lado, no se podía alimentar un número creciente de bocas. Este era un dilema que la mayoría de las sociedades agrícolas no podían resolver de una manera sostenible (Netting, 1981).¿Y que perciben las sociedades industriales? Su experiencia les dice que las materias primas son cada vez más baratas, que la agricultura está produciendo un exceso de bienes que no se pueden vender en los mercados normales a precios normales, que su población vive cada vez más,incluso más saludable y cómodamente. No dependen de su territorio sino, al contrario, se benefician en gran medida de los intercambios remotos y del transporte. Mantienen a su creciente fuerza laboral empleada la mayor parte del tiempo, si bien puede resultar difícil procurar unacantidad suficiente de trabajo. Pueden mitigar sus tensiones sociales internas mediante el crecimiento económico y, finalmente, la mayoría de los países en el mundo intentan imitar su modo de producción y su estilo de vida. ¿Por qué, entonces, deberían creer más en las visiones intelectuales y científicas que en su experiencia, que se ve reforzada cotidianamente? Visto así, el problema de dar un giro hacia un modo de producción y de vida más sostenible consiste en crear condiciones que brinden a la sociedad una experiencia diferente, experiencias que hagan sonar las debidas alarmas.

martes, 13 de diciembre de 2011

Signos.

A continuación presentamos una lista de acciones que nos indican como reconocer los lugares por donde hemos de transitar y los puntos clave o signos que nos encontraremos en el camino:

-Comenzar a caminar siguiendo algún trazado dominante o una cadencia natural del terreno.

-Interpretar las condiciones naturales y atmosféricas y actuar en consecuencia guiados por nuestro instinto.

-Hacer recorridos secundarios que nos informen de lo que nos rodea, guiados por los estímulos que nos presente el terreno (por ejemplo subir a las elevaciones y otear, examinar las madrigueras, las espesuras y las hondonadas, etc.)
  
-Superponer las geografías de otros animales a las nuestras e interpretar el territorio en esas claves:
Observar a los animales (hacía donde huyen, donde se guarecen, por donde transitan, donde depositan sus restos…)

-Buscar la intersección de las diversas geografías para localizar los puntos clave (ES PROBABALE QUE EN ESTOS LUGARES APAREZCAN LOS SIGNOS).

-Tocar, olisquear, sentarse, tumbarse.

-Dejar marcas.

-Observar discretamente las evoluciones de otras personas, en el caso de que las hubiese en las inmediaciones.

-Marchar al anochecer y experimentar la agudeza de los sentidos del oído y del olfato.

-Regresar al mismo lugar frecuentemente y extender la red de recorridos en varias direcciones.

-Memorizar la secuencia de acontecimientos e intentar elaborar un mapa mental.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Instrucciones para la construcción de la cabaña primitiva:

Construcción de la cabaña.

Parte 1 (instrucciones para un caso concreto):

Abajo: Boceto original.


















Materiales:
Hacha, sierra, navaja, hoz y piedra de afilar.
Ocho postes de madera (en este caso de chopo procedentes de los restos de una corta y una vez descortezados, se secaron bajo techo y a la sombra durante un año aprox.)
Cuerda de esparto de dos diámetros (10 mm. y  4 mm. aprox.)
14 varas de avellano (o similar) de 2,50 mts. de largo y 30 mm. de diámetro para curvar y construir el armazón.
Recogida de tallos de carrizo secos, atados en haces para la cubrición.
Recogida de tallos herbáceos para la coronación.

Transporte del material:
Transporte de los postes desde el lugar de la corta hasta el lugar de secado (en este caso 9 Km. aprox.)
Transporte a la ubicación definitiva (5 Km. por carretera, 5 Km. por caminos y 600 mts. por un sendero).
Transporte de los carrizos hasta la ubicación definitiva (4 Km. por caminos y 600 mts. por un sendero en unos 10 viajes)
Transporte de las varas (2 km. y 600 mts. de sendero).
(Todos los portes por el sendero han sido realizados a pie por una o dos personas).

Procedimientos:
1. Dimensionado simple:
- Altura de la cabaña algo superior a la altura de un hombre.
- Diámetro capaz para varios hombres tumbados.
2. Apertura de acceso orientación sur.
3. Utilización de materiales autóctonos.
4. Transporte de los materiales a pie en las proximidades de la cabaña (en este caso en un radio de 700 mts.)
5. Ataduras en todas las uniones y procedimientos constructivos simples: superposiciones y solapamientos, entrecruzados, etc.

Parte 2 (parte experimental, diciembre 2008-marzo 2009):

Ubicación:

Está situada entre una mata de pinos (pinus pinaster) de pequeño porte que protegen de los vientos Norte y Noroeste, sobre una leve loma y asentada en un lecho de arenas.
Tiene una apertura al Sur para aprovechar el máximo soleamiento.
La ubicación se presenta relativamente oculta y solo puede ser vista en la distancia desde el Sureste.
El abastecimiento de agua potable mas cercano dista unos 4 Km. hacia el Sureste, en una fuente cerca del río con caudal perenne.

Cómo llegar a la cabaña desde la laguna:

En el límite entre el bosque y la laguna existe un muladar (está en el sector Sureste de la laguna). Desde allí parten dos caminos que se internan en el bosque. Uno, el de la derecha, se dirige al Suroeste, hacia unas huertas en la ribera. El otro sale a la izquierda y va en dirección Sur. Tomamos este último, y tras un kilómetro atravesando espesuras, llegamos a un claro con orientación Sureste-Noroeste, paralelo al curso del río y a unos 500 metros al norte de este.
Continuamos en dirección sureste durante 1800 metros por un camino que deja el claro a mano derecha y la espesura a mano izquierda; cruzamos dos cortafuegos y, a unos cincuenta metros del segundo, a mano derecha sale una senda bien pisada que se interna entre unas dunas. Tras otros 600 metros se llega a la choza que aparece en una pequeña elevación del terreno. El sendero acaba en la choza. Desde el muladar hasta la cabaña se tardan 30 ó 40 minutos y otro tanto de vuelta.

Cómo acceder hasta el agua:
Desde la cabaña partimos en dirección Sureste atravesando las dunas hasta el primer camino que nos encontramos con dirección Sur. Este camino, recientemente pisado por los vehículos de una corta que se hizo en el monte, nos lleva a la ribera del río. Solo tenemos que caminar río arriba pendientes de la orilla, buscando una fuente que mana en una cárcava rodeada de carrizos y espesura. Caminando hasta la fuente tardaremos unos 40 minutos.
Cerca de la fuente hay un pino resinero entre la vegetación; mide unos cinco metros de circunferencia a tres metros del suelo y es el ejemplar más grande de estos bosques.

Colocación: 

El comienzo de la construcción (jueves, 27 diciembre) transcurre sin incidentes reseñables; a las nueve de la mañana, trazamos el sendero y levantamos los postes, con temperaturas de varios grados bajo cero.

































































Aquel mismo día avistamos tres corzos y posteriormente un zorro en las cercanías de la cabaña. Cuando nos marchamos de allí la temperatura había subido notablemente como para regresar en manga corta.
Hasta ese momento habíamos completado la estructura con su entramado de varas.
A partir del jueves, en varias ocasiones acarreamos carrizo hasta la choza. El primer día que cortamos carrizo, en la cercana laguna, nos sobrevuelan tres o cuatro ejemplares de lo que parecen ser lechuzas campestres; una de ellas, antes de levantar el vuelo, estaba en un agujero entre la hierba.

El jueves 3 de Enero por la tarde, mientras caminábamos por el borde de la laguna, reconocimos a lo lejos a ---------, que paseaba solo. Al encontrarnos con él, y sabiendo que es una persona de toda confianza decidimos llevarle hasta la cabaña; en total un paseo de una hora entre ida y vuelta a buen paso. Lo cierto es que la choza le produjo una gran sorpresa.

 















El viernes siguiente, cuando cortaba carrizo en el centro de una espesa mata, vi a un hombre seguir mis huellas por una tierra de cultivo de camino al carrizal. El individuo no se atrevió a meterse en la espesura y a los pocos minutos retrocedió y se marcho en un vehículo Renault de color blanco.
Seguramente vio el vehículo aparcado en una zona relativamente oculta del pinar y se acerco a ver que ocurría. Para no levantar sospechas, me entretuve rematando los haces hasta el anochecer y me marche de allí con las luces apagadas hasta llegar al pueblo. Poco antes había visto, alejándose desde la espesura, el  vuelo corto de lo que parecía una hembra alarmada de faisán.

El sábado de madrugada, en torno a las 8 (un día lluvioso y con niebla), avistamos tres corzos cerca de la cabaña. Probablemente los mismos que viéramos el jueves 27. Posteriormente acarreamos parte de los carrizos -unos 18 haces-, para ir terminando la cubierta.
Nos marchamos de allí al oír varios disparos de algún cazador en dirección Noroeste.

Hasta el momento están cubiertas la mayor parte de las fachadas Norte, Oeste, y también la fachada Sur sobre la puerta.
Se ha comprobado la eficacia del carrizo, pues parte del interior de la cabaña permanece seco.
Según las estimaciones en total necesitábamos unos 80 haces de carrizo para tapar por completo la cabaña, por lo tanto nos deben de faltar unos 25 más o menos.
Para no llamar demasiado la atención, en lo sucesivo cambiaremos el lugar de recogida de los carrizos.


















El martes 8 de Enero, tras una visita al anochecer para ver el estado de la cabaña, en la espesura que se encuentra al norte se descubren los restos de un ave. Posiblemente un búho chico o un cárabo, cazado tal vez por un búho real o un azor.

El sábado 12 a las 17:15 se avistan dos corzos a un kilómetro de la cabaña, no se espantan y permanecen observando a unos 30 metros.
Después, en un camino que discurre a cierta distancia, vemos huellas recientes de vehículos en dirección Sureste.
Durante varios días no nos aproximamos por la cabaña. Algún paseo esporádico y poco más.

Recogemos, a 16 Km. de la cabaña en las cercanías de un cauce, unas 30 gavillas de carrizo y el día 6 de Febrero las colocamos en la cabaña; pero son insuficientes. No obstante, la choza aparece ya  casi cubierta del todo.
Aún no hemos visto huellas cerca de la cabaña.

El sábado 9 de Febrero al mediodía, en el mismo cauce, recogemos carrizo durante unas tres horas.

El domingo 10 de febrero por la mañana acarreamos a la cabaña unas 30 gavillas de carrizo con las que completamos la cubierta. Tras esto, la cabaña aparece terminada a falta de algunos pequeños remates.
Antes de marcharnos decidimos hacer una escoba con ramajes y barrer el suelo arenoso de la cabaña para así registrar posibles huellas.

El martes 12 de Febrero, a primera hora de la tarde me acerco a la cabaña para hacer unas fotografías.
Desde bastante distancia se oyen los golpes secos del trabajo de un resinero.
Una vez en la cabaña, estimo que el resinero puede estar a unos 500 metros en dirección noroeste, lo cual me da un cierto margen para moverme sin ser visto.
Tomando las debidas precauciones, termino mi trabajo y me marcho de allí al anochecer.

El martes 19 de Febrero amanece un día lluvioso y esa tarde decido acercarme a la cabaña.
Al comenzar a caminar, cerca de la laguna, se ven dos abubillas y posteriormente en el muladar, algunos buitres.
Tras el trayecto, una vez dentro de la cabaña, compruebo que el interior permanece seco a pesar de la lluvia. También se puede ver que no ha sido visitada pues no hay huellas.
Al alejarme de la choza, a unos 100 metros en dirección Sureste, veo dos huellas paralelas de caballo en dirección al pueblo; probablemente no han visto la cabaña pues no han variado su rumbo ni tampoco su ritmo.

En estos momentos, lo único que resta para la conclusión de la choza es mejorar el extremo de la cubierta.
Habrá que construir un faldón largo y tupido de hierba seca.

















El viernes 22 de Febrero, al anochecer veo alrededor de 7 u 8 jabalíes en una espesura cerca de la cabaña.
Se encontraban a unos 80 metros de distancia y al se el viento favorable no pudieron darse cuenta de mi presencia.
Reptando de árbol en árbol, logré acercarme hasta unos 50 metros. Allí, los estuve observando durante unos minutos.
Caminaban y hozaban despreocupados, avanzando en dirección norte. Entre ellos, todos muy oscuros, destacaba lo que parecía una hembra de color canoso.
Me marche de allí sin ser visto.

El jueves 28 de Febrero decido acercarme al atardecer a la cabaña. Había llovido los días anteriores y quería comprobar como se encontraba el interior.

















Al llegar, una rapaz nocturna voló desde un árbol cercano y no pude determinar a que especie pertenecía.
En el suelo de la cabaña aún no se ven huellas y se mantiene bastante seco pese a algunas pequeñas zonas húmedas, de manera que será necesario revisar la cubierta.
Salgo del bosque ya de noche, y al cruzar el puente del río, un vehículo de la guardia civil se detiene y me para.
Solo me indican que abra el maletero. Lo único que llevo es al perro. Me despido y vuelvo a casa, ya de noche cerrada.
(Tendré que realizar algunas averiguaciones acerca de este asunto).

El jueves 6 de Marzo se completa la cabaña.
Este día me acerco caminando hasta la fuente, bebo agua y regreso.
Salí a las 17:48 y llegue a la fuente a las 18:33, en total 45 minutos hasta el abastecimiento de agua potable mas cercano.




miércoles, 23 de noviembre de 2011

Encuentros con tejones (I)

Encuentros con tejones (I)

Un atardecer lluvioso del mes de Mayo, en el claro de un quemado en medio del pinar, entre pimpollos, matas de cantueso aún sin flor y retamas, un joven tejón distraído caminaba hacia donde yo me encontraba.
Seguía, con su trote característico de cabeza gacha, un camino arenoso.
Se entretenía husmeando aquí y allí. Se detuvo al lado de un pino, comisqueo algo… volvió al camino sin apercibirse de nuestra presencia y apenas a dos metros del perro, se paró en seco.
Se erizó, estiró las patas delanteras y emitió un bufido. Lo vi dispuesto a arremeter contra el perro y en ese momento decidí espantarlo.
Se retiro a regañadientes  a una espesura en donde pude observarle a placer.
Se ovilló intentado pasar desapercibido, mirándome con los ojillos algo nublados. Temeroso, de vez en cuando se sacudía pues continuaba lloviendo. Poco a poco, logre acercarme hasta casi tocarlo.
Le deje marchar. Fue desapareciendo entre unas aulagas, recuperando su rumbo como si nada hubiese ocurrido.

Encuentros con jabalíes (I)

Encuentros con jabalíes (I)

En medio de unos páramos cubiertos de monte de encina y quejigo, los valles se abren en forma de estrella irregular con cabeceras en donde manan varias fuentes de agua potable.
Esa zona tiene una variada cobertura vegetal: buenas tierras de cultivo, cauces cubiertos de carrizos, juncales, persicaria y lenteja de agua y unas laderas con una vegetación bastante rica y espesa.

En la zona hay interesantes restos de construcciones, chozos pastoriles, algunos caseríos ahora abandonados, las ruinas de un convento al pie de la antigua calzada romana y también alguna cueva en lo alto, bajo las peñas, en la que es posible hallar restos.
Una tarde de verano, recorría el perímetro de una gran finca de caza. La alambrada, reciente, subía irregular por una ladera cubierta de encinas, aulagas, algunas sabinas y pinos albares.
La vegetación se espesaba cada vez mas según ascendía por la escarpada ladera y el avance se volvía lento y trabajoso. Al superar un saliente de piedras, cerca de la parte alta, entre las ramas secas de unos pinos, oí un gran crujido.
Entre la hojarasca y las ramas rotas, escuché un fuerte gruñido y vi a mi lado el costado de un gran jabalí.
Alerta, saque la navaja y me coloque al pie de unos árboles esperando la acometida.
No podía verlo por completo, pues la maraña de ramas me cortaba la visión.
Durante unos instantes permaneció quieto. Luego gruñendo y caminando lentamente me rodeo a pocos metros. Yo, pegado al pie del árbol, agachado y agarrando fuertemente la navaja, seguía sin verlo por completo y solo podía oírlo gruñir y ver el alto lomo y la grupa. En ese momento pensé que quería intimidarme, pues me tenia que estar sintiendo a su lado.
Poco a poco, se fue alejando, por la media ladera, para luego remontar. Lo seguí oyendo durante un rato gruñendo con la misma cadencia hasta que decidí continuar con mi camino.




martes, 27 de septiembre de 2011

Un apartado de la perdida de biodiversidad:

Perdida de diversidad humana:


Izquierda:
La "Reina Truganina" la última habitante de Tansmania.

“Nuestra generación aún ha llegado a tiempo de recoger y salvar muchos reflejos raciales, que más adelante habrán desaparecido para siempre. Por eso tiene tantísimo interés, para hoy y para mañana, un libro de esta naturaleza.
Dentro de una centuria la vida se habrá transformado por completo en aquellos reductos humanos que todavía permanecen sumidos en un primitivismo angustioso, porque al penetrar en ellos la luz de una cultura superior, apoyada en asombrosos progresos materiales, las nuevas generaciones abandonarán el lastre de un pasado que no supo brindarles esperanza de mejora en esa noche lóbrega que ha durado siglos, incorporándose a la marcha general de la Humanidad”

Introducción a "Las Razas Humanas", Instituto Gallach, 1976

El texto anterior ha sido extraído de una publicación enciclopédica dedicada a las razas humanas, “su vida, sus costumbres, su historia y su arte”. Esta publicación de indudable valor documental está atravesada por la idea de la superioridad de la cultura occidental contemporánea.
Asistimos desde sus páginas al “descubrimiento” de infinidad de razas y culturas distribuidas por toda la superficie de la tierra. A la vez que se estudia y documenta su vida, vemos como multitud de ellas, las mas frágiles por diversas circunstancias, se desvanecen para finalmente desaparecer.
Ayer los onas, los acalufes, los tansmanios, hoy los veddas, los aborígenes australianos, los indígenas amazónicos... representan culturas alternativas moribundas. Su final corre paralelo al de la extinción de muchos animales y a la modificación del medio.
A estos grupos no les alcanza la civilización y el progreso para llevarlos adelante. En realidad los destruye, los aculturiza y los coloca en los márgenes del mundo occidental, en la ultraperiferia. La “luz” no penetra en ellos ni les brinda ninguna esperanza y en una generación se destruye una cultura milenaria sustituyéndose por una vida la mayor parte de las veces marginal, en los suburbios del tercer mundo.
Es cierto que este hecho parece imparable, no hay manera de detener la marcha de las sociedades occidentales contemporáneas y de las culturas orientales dominantes como la china, indonesia… pero es necesario que cuestionemos muchos de los principios de nuestras culturas dominantes ahora que vemos sus efectos en el mundo.
Una cultura, como por ejemplo la de los aborígenes australianos que ha perdurado durante 40.000 años representa una alternativa de la que tenemos mucho que aprender y con la que hemos de aprender a convivir en algunos casos o a simplemente no interferir y evitar, si en casos como estos, el conocimiento y el contacto, acarrea la desaparición del sujeto investigado.

Sin embargo, todo tiene su reverso y existen diversos mecanismos por los que las culturas se resisten a ser borradas, reviven, o emergen. La emigración, el mestizaje y las nuevas condiciones producen nuevas culturas. Tal vez desde ellas se revisen los principios de las culturas dominantes y asistamos al desmoronamiento del imperio y al nacimiento de un nuevo orden mundial con estos nuevos “bárbaros” a la vanguardia, Algunos autores como Descola, apuntan la permeabilidad de la cultura occidental ante las culturas no occidentales, como la de China, India o Japón, que pese no corresponder a culturas “naturalistas” han alcanzado el grado de potencias, y esto parece anunciar un nuevo comienzo. 

Monocultivos.

El monocultivo:

Por razones de control y comodidad, para su uso y provecho, el hombre tiende a unificar los medios, creando, por ejemplo, comunidades vivas al modo de monocultivos (vegetales o animales).
Las consecuencias negativas de esto se evidencian en los momentos en los que surgen problemas que en un medio más complejo, una biocenosis mas rica y un ecosistema mas complejo y estable, pasarían desapercibidos.
El hombre utiliza entonces remedios paliativos que a menudo son incluso más nocivos, saturando los medios de productos tóxicos y desequilibrando las comunidades animales y vegetales.  
Desde diversos ámbitos de investigación se viene cuestionando este problema de la perdida de diversidad por el monocultivo. En “Los monocultivos de la mente” Ed. Fineo, la investigadora india Vandana Shiva vinculada a la problemática del tercer mundo, realiza un trabajo de carácter reivindicativo, de denuncia y divulgativo para dar a conocer un problema de creciente impacto en el planeta.
Básicamente la autora denuncia la perdida de alternativas al “paradigma occidental contemporáneo capitalista”.
Mediante el monocultivo, (como decimos, entendido en un sentido amplio) las corporaciones transnacionales y los intereses económicos de las potencias, etc. reducen las posibilidades de supervivencia de las comunidades locales tribales al suprimir la diversidad ecológica de los hábitats humanos y los ecosistemas.
Una comunidad local, que obtiene los recursos de su medio, ha adaptado su sistema de vida. Del bosque y los cultivos autóctonos obtiene alimento y otras materias. En términos ideales, la relación con su entorno es una responsabilidad suya. En el momento en que se convence (o somete) a los miembros de esa comunidad a cambiar su modo de vida y se unifican los medios, el bosque pasa ser un abastecedor únicamente de madera, y los demás valores son suprimidos. Los cultivos ricos y diversos, destinados al abastecimiento local y al comercio exterior, pasan a depender de una especie única o un número muy limitado de ellas. El probable balance es que se pasa, mediante diversos mecanismos, a depender del abastecimiento exterior. Los campesinos se transforman en el mejor de los casos en asalariados que desconocen el flujo global y son totalmente dependientes colocándose en el extremo mas frágil de una cadena en la que imperan unos intereses que no les atienden.
En los países desarrollados todos somos de alguna manera piezas de este rompecabezas. Dependemos de flujos que desconocemos aunque por el momento el balance nos beneficia respecto a los habitantes de los países pobres pues en cierta medida participamos de los beneficios de las grandes empresas.

David Arnold en el capitulo La revolución ambiental de su libro “La Naturaleza como problema histórico” Ed. Fondo de cultura económica de México, analiza el cambio sufrido por el medio natural en Norteamérica con la llegada de los colonos europeos y que en es ilustrativo como antecedente histórico al asunto de la perdida de la diversidad.
Cuenta Arnold como en el siglo XVII, los primeros colonos fueron incapaces de percibir la destreza de los indios para explotar el medio y subsistir y muchos de sus conocimientos y capacidades fueron obviadas por incomprensibles. En comparación con las tierras europeas de las que procedían, las tierras de Nueva Inglaterra se mostraban extraordinariamente pródigas y el estado de aparente pobreza de los indígenas solo podía ser fruto de su ineptitud y atraso, aunque posteriormente, ellos mismos sufrieron grandes problemas para subsistir en los duros inviernos.
Solo gradualmente pudieron asentarse definitivamente, adaptarse a las nuevas condiciones e imponer un sistema que sintetizaba modelos de la Inglaterra que habían dejado atrás, con lo incorporado. Las comunidades y las culturas indias desaparecieron o fueron destruidas y se produjeron cambios ecológicos tanto o mas importantes que los producidos por milenios de una ocupación indígena sostenida.

martes, 13 de septiembre de 2011

Habitar el paisaje.

Habitar el paisaje y otras estrategias:

Paisaje es el lugar donde se desarrolla la vida del hombre; al habitar y depositar su visión sobre el territorio lo hace paisaje, lo impregna de si mismo y se lo incorpora a si.
Pero un habitar sin vínculos es un habitar disminuido y dependiente.
Cada día respiramos, recibimos la radiación solar, estamos expuestos a distintos grados de intemperie, bebemos, nos alimentamos…
En un habitáculo climatizado, desde el centro de la mas estéril y urbanizada de nuestras ciudades, trabajando o interactuando sobre un soporte digital, vivimos a menudo la ilusión de que la naturaleza ha sido excluida de nuestra vida.
En la vida contemporánea diluimos los vínculos con el territorio y el paisaje, pensamos en claves de suministro y establecemos una relación de dependencia. Sin embargo mediante la idea de vínculo establecemos una relación de compromiso, una interdependencia.
Ese vinculo, esa relación de interdependencia y compromiso, no se establece solamente al nivel de los recursos básicos para la subsistencia; con el paisaje establecemos también una relación mental basada en la vivencia íntima, en la memoria personal y en la memoria colectiva y social que se establece como historia, como ciencia, etc.

Desde hace unos años, somos conscientes de la modificación del medio ambiente por parte del ser humano y no solamente eso, sino que hemos pasado a considerar a la tierra como un planeta con recursos limitados.
El hombre como las demás especies, se expande y prolifera hasta llegar a su tope poblacional y para ello se adapta y adapta su entorno.
El gran éxito del hombre puede convertirse en un problema; para muchos seres vivos esto es así y sería oportuno recordar la famosa frase de Schopenhauer “el hombre ha transformado el mundo en un infierno para los demás animales”.
La naturaleza y todo lo que significa una alternativa al control humano sobre el territorio parece amenazada y en retroceso.
Sin embargo, ciertas personas consideran alarmistas estas ideas y piensan que el progreso irá dando soluciones a estos problemas.
Es posible que algunas de estas criticas tengan una cierta razón.
Ante la imposibilidad de conocer y comprobar la veracidad de todos esos datos tenemos la oportunidad y el deber de salir al campo y analizar con nuestros propios ojos lo que tenemos delante y cerca, lo que nos afecta a la vista, al olfato, al oído, a la memoria, a nuestras libertades, etc.
En definitiva, tenemos la posibilidad y el deber de vincularnos con nuestro paisaje y nuestra naturaleza en retirada para saber como estamos, a donde vamos, que hemos ganado y que hemos perdido.

Las distintas manifestaciones de la cultura humana ha tratado constantemente los asuntos de la naturaleza, del paisaje y del habitar.
Desde el arte existe un territorio a tratar comprendido en la intersección de esos conceptos en relación con el compromiso y el vínculo.
En el trayecto entre lo abstracto y lo concreto. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Encuentros con lobos.

Los encuentros con lobos:

Los avistamientos de lobos que vamos a relatar se han producido de modo casual.
En ningún caso han sido resultado de esperas ni de rastreos y todos ellos han sido fruto de largas caminatas y paseos por algunas zonas donde la presencia humana no es muy frecuente.
El medio natural donde se han producido estos avistamientos está intervenido por el hombre desde antiguo. A día de hoy, es un territorio de tierras de cultivo y bosques a partes iguales; aquí, a pesar de la intervención humana, la naturaleza mas indómita pervive recluida en algunos lugares.
La presión del hombre sobre el territorio
no es homogénea.
Es cierto que las mejores zonas, las mas productivas y fácilmente transitables, han sido las primeras y mas profundamente colonizadas por el hombre, por lo tanto los animales salvajes y las plantas menos interesantes para los humanos han sido expulsados donde es mas difícil proveerse de sustento.
No obstante, los animales intentan utilizar todos los recursos a su alcance y penetran constantemente en las tierras del hombre donde suelen ser, si cabe, mas precavidos.
Sabíamos de la presencia del lobo en estos territorios; personas de confianza, nos habían referido encuentros ocasionales, avistamientos en batidas, etc.
A veces, habíamos visto huellas sospechosas en la arena del pinar. Otras veces habíamos visto restos de animales devorados… 

Primer encuentro:

Era un atardecer de la primera parte del otoño, tras dejar el vehiculo cerca de la laguna, comenzábamos el paseo abandonando los caminos para internarnos en el bosque.
Seguíamos, como otras veces, una senda poco transitada que discurre por el pinar en dirección al río.
Conversábamos los dos en voz baja mientras el perro, que solíamos llevar atado, caminaba como siempre alerta.
En una zona de arena suelta con abundantes matorrales, una especie de cañada que bordea una espesura, un lobo macho cruzó sigilosamente nuestro camino.
Lo vimos caminar lentamente con la cabeza baja olisqueando al cruzar la senda e internarse en la espesura.
Allí se volvió y nos miró girando levemente la cabeza, luego avanzó discretamente internándose poco a poco entre la vegetación hasta desaparecer.
Fue como una aparición. La sensación que tuvimos es que había decidido dejarse ver; desde la distancia pudimos apreciar su pelaje rojizo, la marca oscura del lomo, las marcas en sus patas y un aspecto de inconfundible fluidez . Y de la misma manera que se había dejado ver, nos había mirado abiertamente.
Parecía que nos estaba diciendo:
- Eh! te conozco, te he visto, te he olido…
El perro, en contra de lo que nos habían contado de otros casos, no se acobardó y se mantuvo firme.
Un poco mas adelante pudimos ver otro lobo, este mas pequeño y oscuro, que cruzaba la senda siguiendo en la distancia el rumbo del anterior.

Lobezno muerto:

Era, aunque no puedo recordar la fecha con exactitud, un día caluroso del final del verano.
Junto al hito del límite provincial aparecía recostado de lado, un cachorro de lobo de unos cuatro o cinco meses de edad, muerto atropellado por un vehículo.
Pudimos hacerle unas fotos y luego recogimos el cadáver para ocultarlo…




Acechando a los corzos:

Al anochecer, cuando caminaba en solitario por el bosque al borde de una de las zonas mas espesas, oí un crujir de ramas.
Cerca, un corzo se incorporaba alerta.
De repente, en lo mas espeso, emergía un lobo oscuro como un fantasma.
Al verme, giró sobre sus pasos y se desvaneció.
Me tumbé sobre el suelo un poco mas allá, escondido tras unas matas, para ver si el lobo continuaba su camino.

El cráneo del lobo:

Me encontré con -------, amigo mío de la infancia. Ese día le acompañe a su casa pues quería enseñarme algo. Sacó unas fotografías, un río, paisajes… entre ellas estaba la foto de un lobo muerto.
Realmente él no estaba seguro de si era un lobo o un perro, pero las marcas en las patas delanteras, la marca oscura en el lomo y la forma de la cabeza y las orejas eran signos inequívocos.
Posteriormente me contó como lo había encontrado.
A los pocos meses regresamos al lugar.
Desenterramos el cráneo, lo limpié y aún lo conservo. 

Lobos en el monte:

“El bosque es un antiguo monte de encina, quejigo y sabina mezclado ahora con pino albar.
Se extiende, como una isla, sobre un páramo cercado de laderas de roca desmenuzada y polvorienta y valles cubiertos por extensos cultivos y algunas escasas choperas.
Unos viejos caminos y sendas trepan discretamente por las pendientes.
Sin embargo, una pista delineada y una mina abandonada tajan la ladera norte.

A diario cuando vas al bosque, por los caminos sueles ver gente que pasea despreocupadamente o conversa pero, a medida que dejas las ultimas casas, la compañía va quedando atrás.
Esta tarde invernal, entre los árboles remontas una cárcava en la umbría.
Sobre el musgo hay rastros de animales.
Un poco más arriba, casi en la cima del páramo, un corzo huye al sentir el crujido de las ramas bajo tus pies.
De pronto, a diez metros, entrevés una mancha, la sombra parda de una silueta que se desvanece.
Acabas de ver un lobo.
Te agazapas tras unas matas y agachado, conteniendo la respiración, permaneces atento aguzando la vista y el oído.
Esperas.
No ocurre nada.
De pronto, al frente, aparece otra sombra. 
Observas en silencio.
Busca, escarba junto a un árbol, husmea y mira hacia ti.
Comienza a acercarse. Viene dando un rodeo, con la cabeza gacha, trotando sigilosamente.
A unas decenas de metros, lo pierdes de vista.

Anochece, estas lejos del coche y decides regresar.
Descendiendo con el bosque a tu espalda, ves el brillo de las luces del pueblo.
Más allá, en el horizonte nocturno bajo las nubes, aparece el reflejo anaranjado del cielo de la ciudad”.
Febrero de 2008.

En la carretera:

Era una mañana de domingo.
A contraluz de entre los árboles, emergió trotando una silueta gris que cruzó la carretera.
Al llegar a su altura, paramos el coche.
Se volvió y nos miro durante unos instantes antes de desaparecer internándose en el bosque de camino a las lagunas.
Otras veces, en ese mismo punto, habíamos visto a un pastor y su rebaño de camino a los pastos del claro un poco mas allá.

En la cárcava.

Sucedió por el mes de Julio.
Desde lo alto del páramo, a menudo veíamos corzos abajo pastando entre los pinares y las tierras de cultivo.
Siempre escrutábamos a conciencia aquellas laderas.
Aquel día, en el fondo de la cárcava retozaban dos lobos.
Nos acercamos hasta estar en los cortados sobre ellos y los pudimos ver tumbados en el suelo, descansando.
Un poco mas allá, un zorro que caminaba por el fondo del valle en dirección a la cárcava, al percatarse de la presencia de los lobos varió ligeramente su rumbo sin alarmarse...
Los lobos se encaminaron ladera arriba; pudimos verles entonces de costado, brillándoles el pelo rojizo al atardecer.
Se fueron perdiendo entre las encinas, subiendo hacia nosotros.
Los mestizos:

Recibimos el aviso de que habían atropellado a una loba en la carretera y esta yacía muerta en la cuneta mientra el macho permanecía echado a su lado.
Desde lejos parecían lobos pero, a medida que nos fuimos acercando, nos asaltaron las dudas.
La perra era de buen tamaño y tenia un pelaje rojizo pero, en lo que podíamos ver, era demasiado corto.
El macho era enorme, tenia un pelo gris-bermejo demasiado largo para ser un lobo y un hocico ancho, que recordaba en algunos momentos al de un mastín.
Ninguno de los dos animales tenia marcas de collar.
Pensamos que eran perros asilvestrados, tal vez mestizos de perro y lobo.